Wednesday, November 13, 2024

Turismo Ladronero

Leomas

Turismo Ladronero (Por Leomas):


La corrupción, cinismo, inmoralidad, deshonestidad, hipocresía y desfachatez de millones de ciudadanos y organizaciones en países de América Latina incluyendo México y varias naciones del Mar Caribe, están desbaratando las conciencias rectas y destruyendo la sociedad, desviando la fuerza positiva de los corazones contritos de los visitantes y criollos que en forma incauta caen en las redes de mafias organizadas que a luz del día o en las madrugadas, destruyen la vida y crean otros humanos robotizados que se mezclan con las máquinas como si el pensamiento o el derecho a pensar del terrícola hubiera desaparecido. Los vejámenes de la moderna organización social tienen secuestrada la honestidad en jaulas y nidos de ladrones, cucarachas y ratas de dos patas, con mañas putrefactas farsantes del turismo rodante que ha logrado atar la honorabilidad a pedazos de rocas húmedas dentro de cavernas en donde aún vive el mortal humano de siempre dentro de hojalatas raídas que hacen creer que sus casuchas son rascacielos parecidos a la torre de babel, semejantes a esas que fueron destruidas en Nueva York, o similares a las últimas edificaciones destruidas por guerras abusivas y crueles en Palestina, Israel, Líbano, México, Nicaragua, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Ucrania, Yemen, Arabia Saudita, Rusia y las de otros lares.

 

Dentro del tétrico drama fratricida de muerte y destrucción en la misma barbarie, los psicópatas a partir del 2019 acuñaron la pandemia del Covid que logró en medio de otras muertes y masacres, despertar algunas conciencias rectas que al conocer las consecuencias entendieron que la ciencia médica y las recetas de los facultativos, no conocen ni tienen la fórmula mágica para solucionar los problemas que aún siguen atados a la injusticia, que las prescripciones nunca han calmado el hambre de los pueblos y el hambre se usa como arma criminal para apoderarse de la economía global, ubicando a unas pocas familias en mansiones, palacios y castillos y al 99% del resto de la población mundial, en ranchos construidos de cartón, sobrantes de madera o ensamblados con hilachas que salen de los desechos de alcantarillas, muchos se ven obligados a construir a orillas de quebradas, ríos o sobre playas mugrosas de mares y océanos contaminados por líquidos putrefactos que lanzan los empresarios con sus desechos y restos de cadáveres asesinados por los necios. Somos testigos del alto precio que pagan los turistas cuando deben visitar una ciudad o cualquier nación latinoamericana, y allí afirman sus voceros con la propaganda ofrecer el mejor turismo y entretenimiento sano y honesto para todos los gustos.

 

La verdad está en las estadísticas que presentan las crónicas de otros sitios que ningún turista quiere regresar a vacacionar a ciertos lugares porque se aprovechan de incautos paseantes para aumentar con avaricia y estafa los cobros y facturas, entre leyes escritas que no funcionan sino para el rebusque de grillos y cucarrones que aun mueren por la cobardía de los moradores del fraude. Esos creen que están en un país desarrollado, primermundista y justo. No es así, la mentira y el atraco frentero de los tramposos atrasa aún el vuelo de mariposas y destruye nidos de golondrinas que aún existen, que logran ver los facinerosos que han confeccionado el negocio del turismo como cabaret en zona de baratija o en muladares abasurados entre la prostitución escondida de curvas que no se ven porque hasta los masculinos poco musculosos ahora venden su dorso y entregan la retaguardia a charlatanes que también como turistas aparentan ser de mejores familias o que se presentan como millonarios que desean gastar el dinero que escasea o invertir en el entretenimiento cuando aún al salir de su país de origen no lograron cancelar los recibos de sus propios servicios públicos y no tuvieron para el pago de su nueva camisa pero no negra porque ni siquiera tuvo tinta para colorearla a sus colorines y preferencias.

 

Todos, guías turísticos, traductores, comerciantes, transportistas, taxistas, hoteleros, gobiernos, empresarios, gobernantes, policías, militares, abogados, ingenieros, restaurantes, almacenes, tiendas, vendedores de servicios, vendedores ambulantes, licoreras, tabacaleras, cocaineras, marihuaneras, vendedores de comunicaciones y celulares, gobiernos, gobernantes, ciudadanos del común denominador que ofrecen tamales o frutas en las calles, cobran tarifas como si estuvieran viviendo en Norte América, dentro de un país europeo o en la misma Inglaterra donde hasta la risa se debe alquilar costeándola con los euros de quienes trabajan y producen. La misma factura del precio de la estafa europea, inglesa o norteamericana, está igual de alta o peor a los sacrificios económicos que hacen los turistas para poder visitar una playa o simplemente tratar de cambiar por unos días la rutina diaria de la vida o buscar un lugar donde meditar, caminar, cambiando la faena asquerosa desequilibrada en exagerados precios que cobran ciudades y pueblos, en donde conviven probos, necios, criminales, pandilleros, raponeros, atracadores, otros ladrones y millones de malandros.

 

Las altas tarifas de algunos lugares turísticos en los territorios mencionados parecen ser clonados de esos que se aceptan en las colonias que aún existen dependientes de Estados Unidos, extensiones de Canadá, territorios de invasión israelí, terrenos propiedad de Inglaterra o simplemente una tienda de un país europeo que movió el rotuló diseñado del mediterráneo a las tierras donde arribó hace 500 años un tal Cristóbal Colón. Esos como ave de rapiña, usan la misma caricatura de la propaganda publicitaria con trozos de madera o latas pintadas como se hace en el cine, imitan aparecer su negocio como si el sabor del perfume fuera igual al del otro continente donde por accidente nació la singular farsa del negocio. Algunos vendedores criollos o connacionales del lugar turístico creen que deben usar los mismos precios iguales a las tarifas económicas extremas que los turistas igualmente cancelan en cualquier país que afirma ser primermundista, los críticos los llaman mundanos de alcantarilla del atraco descarado, que se agarran de la historia y de los años viejos para añejar no sólo el vino sino la cueva de Alibaba y sus 40, y que esos que se llamaron alguna vez arrendajos o golondrinas ya no existen porque los tóxicos de los automóviles y los pedos de miles de millones de transeúntes desintegraron a sus últimos huevos matando de paso las crías que ya no pueden vivir porque la radiación de bombas y misiles azufrados de las guerras también hacen daño colateral y su agosto contra la vida de los indefensos que se extinguen como el humo en cada amanecer de refinería chatarra.

 

Los europillos son expertos en robar el bolsillo a quien trabaja y produce con las tarifas del turismo ladronero, la mejor excusa es robar decentemente al extranjero que visita esas tierras porque los ignorantes que también se sienten reyes miembros de familias de monarcas inventados que viven a expensas de pueblos e insisten en conocer la historia orquestada por los injustos que hicieron los libros. Estos viajeros desean ver en donde los ejércitos armados del pasado masacraron la vida a otros que también robaban, se les hizo forma natural llamar inocentes entre los escogidos a los usureros que maniobraron el robo al proclamar que son un pueblo elegido o que tienen el privilegio de imponer sanciones, establecer precios e imponer bloqueos, porque ellos estaban primero dentro de la farsa de la economía desigual que ha desbordado la justicia con guerras de exterminio, de paso destruyendo la vida de personas, plantas, animales, contaminan los elementales y destruyen el planeta tierra de las contradicciones entre brutáceos que se creen genios e inteligentes. Esta única nave para la vida que es la tierra está tambaleando entre la vida y la misma muerte. Se deja en entredicho la permanencia de la raza indomable humana que por sus arbitrariedades y codicia está llamada a desaparecer de la faz de los universos creados. La culpa de responsabilidad es la crueldad de gobiernos y sus ejércitos incontrolables aliados al ángel de la santa muerte y desean disimular a otros entre rufianes mostrando sitios turísticos por donde nunca pasó Bolívar, Napoleón, Jesús de Nazaret, la Dama de las Camelias o los testículos que dicen haber quedado prendidos del alambre allí al saltar el caballo del héroe inventado por la imaginación de poetas y locos pero que nunca existió sino en la mente perversa del escritor que también usó la estafa de la muerte del protagonista del insuceso para plasmar una obra mediocre que logró premios entre los cavernícolas que la estudian y la venden como prostituto de parque en esquina caliente de lugares en donde la pobreza ha creado los cinturones de miseria y perversión. 

 

Héroes, santos, triunfadores o protagonistas fantasiosos narran tétricas leyendas e historias inventadas por los farsantes escritores patrocinados por dementes rufianes, están como retazos en libros mentirosos a la postre como mercado de criminales que sostienen que los asesinos eran inocentes y que las víctimas todos eran culpables. Las mismas narraciones dicen que el dios que ellos inventaron de pálida imaginación les dio la orden de asesinar y masacrar niños, mujeres, varones jóvenes y adultos, destruir el planeta, robar privilegios y usurpar oportunidades. Todos los muertos y lisiados estaban desarmados y jamás habían aprendido a disparar un rifle o una pistola, por lo general eran citadinos o campesinos que trabajaban para alimentar a los haraganes o rufianes que dispararon sobre sus cuerpos, que como cobardes llegaron en grupo para aparentar masculinidad, aunque siempre estuvieron más cerca de pantalones y calzoncillos de sus amigos que de calzones o faldas de sus amigas o compañeras. Los criminales usaron falsos positivos o falsas banderas para masacrarlos y desaparecerlos. Por lo general los estafadores o farsantes fueron protagonistas de desenfrenos, asesinatos, exterminios de la raza humana pensante y de ciertas etnias, varios de esos destruyeron la fauna y flora de la hermosa tierra azulada y no se les escapó la cueva de los murciélagos que por ser inocentes animalitos con otras varias familias animalescas que allí se habían refugiado al caer el sol de día, ellos también se desintegraron.

 

El turismo ha creado haraganes estafadores que viven asaltando la buena fe de los viajeros, las tarifas asaltan la voluntad de quien desea conocer y descansar de la rutina diaria en su faena laboral o social de su país de origen. Los caminantes y aventureros buscan de alguna manera transparente cambiar la cotidianidad, distraer la vida como señal de civilización en el amor o ir en busca de la justicia que nunca vio llegar. La corrupción y maldad también hace parte del almuerzo de los facinerosos jueces, y de quienes representan la mal llamada tristemente justicia aun la de los necios. No hay ley que valga ni norma que se aplique porque del turismo de los visitantes viven también los rufianes que colocan pergaminos en sus paredes afeminadas para afirmar que ellos son de excelsas familias o que simplemente fueron a la mejor universidad a estudiar leyes para robar, estafar y aplicar la usura y así construir una mejor casa o un torcido edificio donde meten a sus descendientes vampiros o dibujan a los duendecillos de sus ancestros que demuestran ser los peores progenitores pero como son de la misma cobija sanguínea se sienten responsables de cuidar arrugas y remiendos de la misma colcha de retazos con esos andrajos que se está construyendo la desviada sociedad de siempre y para los ilustrados la llaman la moderna.

 

No hay conciencia humana honesta para tratar con consideración al visitante como al turista, abusan diariamente incluyendo de las tarifas que solicitan quienes conducen taxis, los altos precios que cobra el servicio de trenes y buses de transporte público entre situaciones insólitas y por lo general están en manos del gobierno o bajo estricta vigilancia supuesta del Ministerio de Transporte de la apestosa nación, siguen oliendo al mencionado azufre infernal, este es procesado por lacras humanas que allí conviven con la peste del robo que es sustraído de los ignorantes que arriban a la playa y al regresar se dan cuenta que les desvalijaron la canasta familiar y hasta la tuerca escarlata. La entrada a ciertos lugares ancestrales, museos, sitios de diversión, parques, tabernas, discotecas y restaurantes, se convirtieron en nido de ratas o en zonas delincuenciales, allí los extranjeros deben someterse a precios elevados, abusivos, los incautos pagan cinco veces la tarifa que también esclaviza al ciudadano del común del país anfitrión aunque disimulan cobrando un precio más razonable al varón o a la mujer del mismo lugar o país que con otras estrategias macabras también son explotados. Han creado la ilusión que el lugar es mágico, que dentro hay una fuente de agua sagrada sanadora, exclaman que en sus rincones existen aires extraterrestre Inter dimensional y así poder usurpar con cinismo los recursos del trabajador o del obrero que también logra creer en esas idioteces inventadas al igual que en las pantomimas que usan los politiqueros para vivir como monarcas del pasado aunque sostienen en sus discursos que hacen parte de un sistema llamado democracia, que entre todos los sistemas politiqueros inventados afirman que ese es el mejor. Pasan los años y el tiempo de los siglos, se añejan lo frijoles, sale vino de las manzanas, y se pudren las papas, y nadie avanza porque viven de tranza en tranza, de mentira y trueque de rapiña lisonjera, la pobreza y miseria es la única que sobresale entre las murallas de la falsa elegancia.

 

Para evitar boicotear tiquetes, paquetes, ofertas y viajes a turistas a países abusivos, las innovadas organizaciones y nuevos grupos humanos honestos, deben crear fuentes propias nacionales e internacionales, sembrar proyectos turísticos en otros países sin el síndrome del robo, los mismos representantes diplomáticos de aquellos países donde viven quienes se van de turismo, deben anclar formas económicas civilizadas igualitarias para que no abusen de sus connacionales cuando de turistear se trata. Es vergonzoso saber que hasta por un plato de sopa criolla sin tomate ni cebolla los turistas deben pagar como si se tratara del famoso plato de sopa de lentejas en la historia bíblica, que obligó a un tarado protagonista a entregar su progenitura a un hermano estafador comerciante y cínico, la misma leyenda narra que era el hermano sanguíneo del tonto. "Los enemigos del hombre están en la misma casaʺ afirma uno de los tal llamado libro sagrado de los desocupados vampiros que chupan la sangre humana de los rectos, que engordan cada año para cada próxima navidad, esos estafadores por lo general se los desayunan, almuerzan o comen en la nochebuena entre bailes, comilonas y algarabías que no alcanzan la plenitud de la felicidad, que no logran despertar los gritos de los inocentes que aún están en tumbas sin justicia o arrepentimiento de los culpables.

 

Las empresas aéreas cobran hasta tres o cuatro veces el precio real del valor del tiquete cuando el turista exclama querer visitar un lugar que las mafias de ciertas organizaciones internacionales le han dado privilegios, de paso han regado propaganda inventada sobre ladrillos o piedras raídas, ruinas disque de otras civilizaciones, cuevas donde ni siquiera los murciélagos las usan, cavernas que por los años de antigüedad simplemente tienen recursos naturales brillantes pero nunca incrustados, que no vale la pena visitar y ni siquiera fotografiar porque han acuñado mentiras y cuentos chinos, los idiotas del momento convierten en sueños guajiros sus mentiras como si los saltamontes o los mariapalitos tuvieran mejor coeficiente intelectual, son recreaciones en donde un vividor holgazán tejió su astucia macabra para robar al turista cobrando otra entrada elevada que aumenta la suma del robo al lado del precio que pagó por el pasaje aéreo a los negociantes y propietarios de la usura. Los más vivarachos hacen figuras de duendecillos o matachos con rostros de extraterrestres o de modernos astronautas, los plasman en las paredes de las cuevas, con mediocres fotógrafos cómplices e ineptos periodistas a bordo, inventan la historia para que los turistas ingenuos lleguen a esos montes y cavernas, dejen allí el fruto económico del trabajo, la honesta producción de quienes laboran y sostienen la economía global de las multinacionales, mientras las mayorías y minorías se mueren de hambre y tedio, en la jungla de los desocupados vagos de la historia y de quienes siguen robando la propiedad de pueblos y recursos naturales de la tierra que no llegan a todos los vivientes.

 

Los hoteles y hoteleros son otros ladrones encorbatados con pantalones de alta moda aunque en varios de ellos fácilmente se les cae hasta las rodillas para complacer el gusto por el norte o por el sur, vemos aquellas faldas maquilladas aterciopeladas que no contornean la figura femenina, porque también las doncellas participan de la francachela y comilona del robo, como en un atraco raponeril las tarifas hoteleras las cobran en dólares, aumentando el precio e inventando servicios que bien es sabido nunca llegan a cumplir o simplemente tienen una excusa para disimular el cinismo de los sátrapas pandilleros que afirman detestar a los delincuentes. Los hoteles se han convertido en cueva de ladrones que de frente y sin disimulo roban al turista o al ciudadano criollo que también quiere y tiene derecho a disfrutar de un viaje placentero, de unas vacaciones, pero se convierten en dolor de cabeza porque no encuentran un hotel o un lugar donde no se robe la dignidad de la persona humana y deben someterse a tarifas que sustraen la inocencia hasta los cuervos, y derriban la melena del león o el salto del tigre, con facturas que hacen daño al equilibrio de la justicia y de la misma razón humana contra las paredes o los muros que otros muertos han construido para que sus vecinos no ingresen a la fuerza, porque ellos si logran entrar a otros territorios por el aire con sus inventos de muerte y ahora último con los drones infernales de acero para desintegrar la vida y exterminar la especie humana entre discriminación y racismo de quienes se creen dioses por llevar la piel blancuzca iguales o parecidas al color de piel de las ranas plataneras que nacen y crecen libremente dentro de las plantaciones bananeras de nuestras tierras originarias.

 

Se han inventado cobrar con entrada financiera en ciertos templos o lugares que antes fueron de culto religioso, esos los convierten en museos de arte donde están clavados en sus muros y paredes internas las figuras de diablos, duendecillos o diablillos de inframundos con figuras de humanos, muy parecidos a los holgazanes administradores del lugar, no sólo el vicio de la estafa está presente en América Latina sino que la maldita costumbre se copió de los pícaros europillos que venden al mejor postor los lugares que deben ser en verdad sitios sagrados y de respeto, que deberían estar con entrada libre sin costo alguno a turistas y criollos sin ningún impedimento, pero se aprovechan de la curiosidad de las mayorías entre los mortales terrícolas humanos, asaltan con disimulo el billete a los transeúntes turistas que caen bajo manos delincuenciales de facinerosos ensotanados que afirman novelas y mentiras de ángeles caídos y no caídos. Allí mismo debajo de los muros de esos edificios están las calaveras que masacraron la sotana púrpura del pasado con la sangre y estrategia inquisidora de la herejía que se inventaron para robar las propiedades a los verdaderos protagonistas de la verdad y que hoy hacen de relieve en las catacumbas de los desperdicios y huesos de muertos que explotan como reliquias afirmando que son sagradas o que hacen milagros como en el cine de ficción de Hollywood, que a veces muestran en el Festival de Cine de Toronto o en otros lares propiedad de los desocupados estafadores de relatos y cuentos que también se unen al robo o estafa del turismo encantado con luces de neón o farolas encendidas por luz solar en las chiripas del ocaso al final de la vida del mundanar ruido de las desiguales ciudades del momento.

 

Como no hay argumento para sostener la narrativa imaginada de los cuentistas, simplemente dicen que es un misterio la leyenda, que es de incógnita el cómo se construyó la edificación, que las pinturas que están sobre los muros de pecado y lujuria, fueron esculpidas de la nada, en su mayoría son vírgenes con niños en los brazos como señoras paridas que amamantan al recién nacido o doncellos desnudos que provocan el idilio a pedófilos o pederastas, entre algunos turistas, sostienen que el pincel del artista bajó de un mundo desconocido, los rufianes del cuento ni siquiera conocen el mapa terrícola donde sus pies e ignorancia convive, sólo repiten como loros aprendices aquellas leyendas que inventaron los otros estafadores históricos de altares que están malditos aun entre sus propios e internos demonios que hacen continuar con la mentira y la misma estafa heredada de sus mentores fraudulentos que con plumas de hermosas aves siguen escondiendo a sus amantes de todos los sexos en los armarios que se construyeron al robar los pinos y cedros del Líbano o la madera de los frondosos árboles que existieron en el Amazonas que también está desapareciendo. 

 

Encontramos leyendas de flores que fueron dibujadas de la nada … que, con solo arrodillarse y levantarse un incauto protagonista, estas arribaron a la tela que también resulta ser mágica, que salió de los senos de un hada encantada, que una leche materna confeccionó lentamente en 3 minutos las imágenes de piedra o madera con su leyenda. Los científicos cómplices de la farsa y estafa afirman que no son de algodón ni de seda la vida que nos queda, los matachos siluetados son inertes y las oraciones no pasan del techo del lugar apestoso. Malditos propagandistas y débiles visitantes aquellos que se dejan robar por la farsa y que logran creer en la mentira inventada como celestial del divino rostro de la usura. El cuento de las apariciones mágicas o celestiales también logran llenar alcancías de diferentes materiales que los estafadores ponen a los pies de la esfinge esculpida sin estética o belleza sino que un cualquiera entre los grupos se le ocurrió poner aceites o aguas putrefactas en los ojos o mejillas de las estatuas para imitar lágrimas y sollozos que no llegan a sanar y menos al milagro, pero los rufianes siguen afirmando que esas bajaron de lo alto de un lugar que ni ellos conocen y que nunca se imaginan, es tan exagerada la ignorancia que sólo logran montar escenas fraudulentas con estatuas que los escultores de pacotilla y remiendo plasman con aceite de marrano criollo o montañero, resina de muertos, desechos de alcantarillas citadinas o estiércol de cabra, conejo o vaca, que al mezclarlos logran embutir en una tabla una masa elástica y con esa misma hacen su esfinge pecaminosa y la danza de le estafa con sus oraciones y rezos da comienzo a un banco fraudulento hasta que el mas barrigón logra construir su palacio y lo convierte en museo para que sus descendientes continúen con el robo y saqueo.

 

¿Y qué decir de los restaurantes? Los propietarios de esos lugares son estafadores y fraudulentos, no sólo aumentan el precio real en las comidas, sino que el turista debe pagar el sueldo a meseros, cocineros y lecheros, estos empleados viven con sueldos de hambre y son quienes realmente mantienen el lugar de la estafa en la comilona. Son muy abusivos con los clientes, escriben números que suman un montón de dólares practicando no sólo la estafa, sino que no todos los alimentos e ingredientes que usan en los preparativos no son de primera clase, sino que se atreven a poner sobrantes del día anterior o alimentos que ya están por fuera de la ley que obliga a no usar productos vencidos en su fecha de uso. Cada factura del cobro al turista es exorbitante y exagerada. La ley aplicada honestamente debe poner freno a estas mafias criollas e internacionales que roban el dinero con descaro a quienes trabajan y producen. Los edificios están sucios y mugrosos, a veces el olor a putrefacto sale de los rincones de las alacenas y de las cocinas. Debe haber leyes y controladores para que esos lugares donde se vende comida callejera o en interiores estén protegidos por leyes de higiene y limpieza. Es una obligación de los gobiernos controlar la venta de comida tanto en la preparación como en el cobro justo de la merienda. Las tarifas deben regularse bajo estricto control. No permitir la usura y menos la estafa de los ladrones propietarios y administradores restauranteros o tarados, debe ser la prioridad de los gobiernos la justicia en las tarifas y cobros. Cada lugar que exhiba o venda alimentos para el consumo humano debe pasar una estricta revisión diariamente, las carnes deben pasarse por revisión en forma constante para que no metan gato por liebre en las comidas o carne humana por la de cabrito, cordero, pavo, pato o pollo.

 

La injusticia mayor se da en los restaurantes ubicados dentro de los aeropuertos, en los terminales de transportes terrestres y en los terminales de puertos marítimos. La estafa es exagerada cada instante con cinismo, los pasajeros deben cancelar altas sumas de dinero por un plato de lentejas sin tomate ni cebolla, a veces sin sal ni sazón, el alimento sólo logra mostrar agua con colorantes, también usan la propaganda para hacer creer que ellos venden comida de ángeles o alimentos para dioses. Son rufianes y ratas los propietarios de esos sitios donde se ofrecen las viandas para los viajantes. Una bebida enlatada que tiene el costo comercial de 1 dólar allí vale hasta 7 y hasta 10 dólares, algunos cobran 12 dólares por una cerveza enlatada que sólo tiene un costo en el mercado de las pulgas de 2 dólares. Que descaro, usan para freír tubérculos y carnes, aceites refritos, manteca y grasas en desuso que no son recomendables por la dieta investigada por los facultativos de la alimentación y la excelente salud. Es la gran miseria humana, sus propietarios se jactan en las reuniones al vociferar que son dueños de los mejores restaurantes de la estafa y el robo en serie como en película estadounidense o ciencia ficción de magos y brujos. Cuando el turista llega al lugar o al mostrador del negocio, ve fotos bien trabajadas y vislumbran la mirada, porque un publicista hizo el arreglo y al salir el hambriento queda con hambre y estafado. Las obras y consecuencias de la publicidad y de los fotógrafos, es utilizada para aumentar el gusto o el hambre, la desilusión se ve en el rostro del comensal al llegar el plato alimenticio a la mesa, en nada se parece a la fotografía del aviso, menos similar a la pintura expuesta para el fraude por el estafador que la muestra.

 

¿Y de las playas cerca y próxima a océanos y mares qué? Increíble, las ratas de dos patas de comerciantes y su grupo sanguíneo, negociantes e intermediarios se han apoderado de esos lugares, algunos son más abusivos que otros, se atreven a cerrar con muros trumpíferos como propiedad si fuera un lote privado de los ladrones, esos terrenos son para todo ciudadano y de naturaleza pública. Los turistas, transeúntes y obreros no pueden ingresar o caminar por sus orillas. Las playas deben estar libres para que todo ciudadano o turista logre ingresar sin cercas u obstáculos. Los precios son desorbitantes porque los rateros ponen sillas y paraguas para vender viandas y productos de pésima calidad como si los estafadores se hubieran puesto de acuerdo para robar de frente y al aire libre. turistas y visitantes deben pagar hasta 5 ó 6 veces el precio real del comestible. Un jugo de frutas común que tiene un costo equilibrado de 2 dólares allí tiene un precio elevado de 10 ó 12 dólares, los platos de comida que ofrecen no son los mejores y el abuso en el cobro es exagerado. Todo lo exhiben como en mercado persa o feria de brujas, no hay control de calidad ni de precios, no existe una autoridad competente en esos lugares que haga respetar la honestidad y honorabilidad. El mismo descontrol de los funcionarios del gobierno y la corrupción de algunos de ellos también solicita un billete verde a los propietarios de esos usurpadores de inmuebles para dejarlos robar o que sigan en la parranda del fraude y estafa. Todos hacen su agosto con los turistas y con los mismos ciudadanos criollos del lugar que deseen disfrutar al aire libre un día de playa y de sol. Fuera de la estafa, hay indisciplina en el aseo, en la conservación del ecosistema y de los alimentos, las latas y bolsas de plástico como las botellas de vidrio descaradamente son lanzadas al piso de las arenas playiferas. Hay transeúntes que viven como mendigos y solicitan dinero al turista creyendo que es una obligación donar dinero o entregar alimentos, algunos son maleantes que roban las pertenencias cuando el bañista se distrae y no se ve un policía ni para remedio. carranchil y la seguridad, aunque se ve uniformada mira más las piernas y pocas curvas modernas de mancebos y mancebas que la realidad circundante.

 

Otras lacras humanas de la descomposición social turística que conviven bordeando las playas son el comercio sexual entre adultos, el negocio sexual con menores y menoras de edad y la trata de personas de todas las edades. El pedófilo varón de edad avanzada con arrugas hasta en la cédula de ciudadanía, arriba a esos lugares a ver si hay un desprevenido para echarle mano, logran los pelafustanes lesionar la inocencia y pureza de quienes se exponen al depravado sin malicia. De igual manera llegan pedófilas arrugadas mayores de 65, que le echan mano a los jóvenes varones o a las doncellas aun de falda. “El hambre es un crimen”. Pero es miserable usar el hambre de las personas para hacer propuestas sexuales, depravadas e indecentes. Por amor de los dos protagonistas todo se debe aceptar entre adultos si el acto no altera la responsabilidad y libertad y sin ofender a otra u otro que puede estar esperando en otro lugar y que su pareja no sea promiscua o adultera. Es injusto mostrar dinero para tergiversar la costumbre, corromper la conciencia del inocente y aunque todo ser humano tiene derecho a ser amado y a plasmar su sexualidad libremente, la acción sexual debe respetar la ley y la dignidad de otros y otras. Sin embargo, como algunos adolescentes tienen hambre física porque hay más injusticias en ciertos países que en otros que gozan de hermosas playas, unos pocos sinvergüenzas se apoderan de los privilegios y de las oportunidades para manipular y controlar la sexualidad del incauto, dejan al pueblo a la intemperie con hambre, frío, sin trabajo o mal remunerado, y sin casa. El delincuente junto al ladrón usa este caldo de cultivo para hacer de las suyas y violar la dignidad y sexualidad del humano. No hay ley para tanta gente indisciplinada junta, mientras la gente no tome conciencia que se requiere un cambio de mentalidad que lleve a los honestidad y honorabilidad, no habrá justicia para lograr materializar la dignidad y poner derechos, privilegios y oportunidades para todos los seres humanos sin distinción y sin prohibición, destruyendo de una vez por todas las clases sociales que han maltratado la vida y el ecosistema.

 

Ahora hay otro mal que va en aumento, vemos como mujeres extranjeras con cirugías plásticas y remiendos siliconados llegan a las playas de países en pobreza absoluta en busca de hermosos corceles masculinos o doncellas femeninas, para llevarlos a la cama por menos de eso que vale un plato de lentejas sin aceite. Se volvieron cínicas algunas mujeres y dicen que tienen el mismo derecho a experimentar la perversión y desviación de los connotados varones que aparentan masculinidad, sostienen en sus conversaciones que tienen el mismo apetito sexual, que el vicio exquisito de los varones masculinos se debe alcanzar, que ellas también sienten placer y deben disfrutar sexualmente como en el circo mostrado en palacios y castillos dorados donde vive la maldad amurallada y las contradicciones humanas de la cruel existencia. El descontrol es total de día y de noche, se aprovecha la oscuridad para violar a inocentes o a desprevenidos que buscan amistad entre caminantes. Los monstruos humanos se visten con ropa de seda a la moda y sus colmillos de lobos están escondidos debajo de las falsas sonrisas que hacen disimular al criminal y que fácilmente distraen al desprevenido que tiene hambre, que busca disfrutar de la contienda y fiesta o que camina con malicia para estafar el bolsillo a incautos turistas como a criollos visitantes.

 

Los gobiernos y sus legisladores han clasificado descaradamente y con cinismo como turismo de “corbata azufrada” las playas propias de la geografía física entre los recursos del país. Hay playas para ricos, pobres, blancos, negros, amarillos, extranjeros y mixtas, algunos más psicópatas han separado las playas para los de otras razas teniendo en cuenta el color de la piel del turista o visitante y muchas veces la nación de procedencia y la maleta que porta. Los propietarios de los hoteles o antros de diversión también se han apoderado de las playas con rejas u obstáculos que impiden el paso libre al ciudadano, estos flagelos de muerte han aumentado la descomposición con el cinismo de robo y atraco social. Las playas que obligan al pobre sin dinero a usar no tienen iluminación y las playas donde van quienes manejan el billete verde o moneda, sobresalen con lámparas de neón y con andenes para que los estafados dejen mejor allí las ganancias. Es increíble apreciar estas injusticias, aunque sólo algunos se benefician de la comodidad todos son obligados a pagar el impuesto. Al turista se la carga un cobro de impuesto turístico al ingresar al país o entrar al lugar turístico, es un impuesto de transeúnte que es otra estafa que debe pagar el visitante y si no retienen sus documentos y en algunos países se debe pagan con cárcel o detención en las mazmorras del cruel estado o nación si no cumple con la terrorífica e injusta ley.

 

¿Y de migrar como turista qué? Los oficiales que hacen parte de los institutos de migración o inmigración, se creen propietarios de la nación donde presta el servicio como funcionario gubernamental. Tratan en forma descortés al visitante y depende del país de procedencia del turista lo reciben con amabilidad y con desagravio. A veces hacen preguntas que no deberían estar en los cuestionarios o formas de ingreso, sino que el trato de entrada debería ser igual para todos los turistas o visitantes. Si un ciudadano regresa a su país originario es recibido de manera chocante y con irrespeto. Otros funcionarios del aeropuerto abren las maletas o valijas, roban las pertenencias al turista y al mismo ciudadano que regresa a su patria. Los empleados de migración, funcionarios de aduana, policías, unidades de seguridad, maleteros, militares, porteros y trabajadores de otros oficios, observan la maleta al turista o al ciudadano que regresa, si ve que es de alta calidad el material se atreven con formas maquiavélicas para abrirlas y sustraer aquellos artículos que tienen un alto costo en el mercado. Los maleteros tratan de mala manera y a golpes las maletas, algunas valijas llegan destartaladas, golpeadas, ultrajadas, descosidas, sin cremalleras y saqueadas. Si hay un reclamo del propietario los amenazan con llevarlos a la cárcel y tienen jueces cómplices listos del ilícito, para que firmen órdenes que hacen que la estafa y el robo se haga legal disque a las leyes de la constitución del país o de la vetusta comarca territorial del fraude.

 

Hay a las afuera de los aeropuertos conductores de taxis que gritan como en cementerio de “falsos positivos” para ver a qué turista logra meter en su vehículo, su mirada es lo más parecido a un delincuente que desea subir la tarifa del cobro al visitante. Aunque la ley del lugar dice que debe haber un aparato electrónico para el cobro del recorrido por lo general está desconectado y la suma es desorbitantes cuando de pagar la carrera o el servicio se trata. Son delincuentes al volante que cobran hasta 7 veces el valor real equilibrado por las oficinas del gobierno o por las tarifas que se han puesto para todos por igual internacionalmente. Algunos taxistas con el menor descuido roban el celular al pasajero y otros más cretinos se quedan hasta con las maletas de quien llega en la temporada. Hay otros que no hacen parte de las empresas registradas para prestar el servicio, a veces son iguales a los anteriores y en otras oportunidades son criminales al volante o peores a las ratas de dos patas que componen las mafias. Es increíble como se ven decenas de unidades de policías en los terminales aéreos, marítimos y terrestres, sin embargo, no sirven ni para remedio de mula cuando de seguridad, honorabilidad y honestidad se trata. Una gran mayoría de los armados legalmente son cómplices de robos y atracos a quienes arriban incautos o regresan a su país de origen.

 

No tengo una fórmula o una forma solucionadora de este horrible flagelo entre la descomposición social de la modernidad. Deben ser las autoridades civiles y las organizaciones cívicas junto a la educación en cada país con la participación de la misma gente de la región, quienes con honestidad y transparencia deben tejer una red que logre devolver lo robado creando estrategias de convivencia rectas y controlando precios y la excelsa salud en los servicios junto a la recuperación de la dignidad de la raza humana pensante, hasta crear una sociedad justa, humanista, honesta y recta, para que todos disfruten de la vida y logren descansar en el mismo país o en otros. El mundo es de todos y para todos y todos tenemos derecho a turistear o a vacacionar sin importar sexo, estirpe, política, religión, condición social o procedencia.

 

Cada ser mortal terrícola humano deben escoger la mejor estrategia individual para colectivizar y armonizar el pensamiento con el entorno social y convivacional de la realidad sin destruir la sana costumbre, la idiosincrasia que, aunque se debe cuestionar no necesariamente se logra transformar y menos tratar de cambiar. Si usted es delincuente y lesiona la dignidad del otro o de los otros, si los jueces, la justicia y ley no lo sanciona, los cuatro elementales (agua, tierra, aire y fuego), le cobrarán en su momento su delito, cada prenda robada está en la lista, todo elemento construido con el atraco usurpando y el dinero ajeno, volverá al polvo de la tierra, posiblemente usted no lo disfrutara porque la justicia natural le cobrará su delito, su cuerpo y mente estarán enfermos, no podrá tomarse para el disfrute del estómago una sopa de lentejas sin tomate, ni siquiera con sal y sin cilantro y menos con cebolla.  

Monday, October 8, 2018

Sospechas legales e ironias ilegales


Sospechas legales e Ironías Ilegales
Por Leomas

Uno a uno fue desapareciendo entre soles, estrellas y barras, que lucían disciplinas y gritaban consignas vomitadas por escuelas que sembraron maldades en las mentes desde el norte con medallas falsas de honor y miserias de ciudad. Como gelatina sin azúcar y aromáticas sin sobre, los mancebos eran llevados en camiones bajo engaño y propuestas laborales con remuneraciones que sólo la mafia criolla estaba acostumbrada a pagar a sicarios del caporal. Entre jefes y mandos medios todos eran desalmados, llevaban mala cara y sus rostros como para remedio infernal. Aunque caminaban masculinos se les notaba algo raro en su apetito, apretando sus glúteos entre sus calzones transparentes de seda e hilo fino dental. Ellos robaban de cuarteles el mercado que iba a nutrir a soldados que incautos cambiaron su destino por disparos de muerte que arrebataron la vida a connacionales, a otros que de pueblos fronterizos observaban y a varios cayeron bajo el anonimato de la voz de un malandro capitán.


Con orden presidencial se metieron en barriadas y comunas aparentando salud y servicio social. Con mañas engañaron a inocentes que pasaban sin trabajo al azar por aquellas cosas de hablar con extraños sin reparar las brazas que llevan ciertas siluetas entre sus huesos que no dejan de sonar. Lograron destruir la vida en casuchas, canchas, parques, ramadas y en antros del chaparral. Una voz en el camino que profetizaba, logró decirles el año exacto que a todos los psicópatas enjuiciarían y la fecha con pelos y señales de partida a la otra vida que llama sin disparar. A hermosos doncellos seleccionaban para aparentar valentía y musculatura que aumentaban con trajes camuflados y con botas infladas de perversidad. Sólo eran vagos de doble vida que arremetían contra la justicia, verdad y paz. Las armas los hicieron aparecer como líderes de calles y cantinas que aun los torcidos no querían conocer ni ensayar. A sangre infame los mataban con rifles y ametralladoras y los enterraban bajo tierra para que el delito se pudiera ocultar. 


Uno de ellos se rebeló contra la mentira y comentó bajo la estera de uno que buscaba pareja y que las faldas habían dejado pasar porque su naturaleza no le dejaba mirar esas curvas que enloquecen a quienes más tarde creen tener santidad. Bajo escombros lograron enterrar a varios citadinos incluyendo a enfermos que no podían usar sus manos y a otros que estaban atrasados y que la mente no los dejaba pensar. El sol y la luna esperaron varios meses para ver el rechazo y protesta de la población mundana que no podía pensar. La tierra quiso ver en las calles a grupos humanos denunciando a los asesinos militares y a sus cómplices en cada lugar. Nada sucedió y hubo silencio sepulcral de los moradores y legisladores hasta en la capital. Todos estaban cobijados por la maldad y corrupción del coronel Chandosal. Ellos, hijas e hijos, habían bebido agua contaminada que bajaba de los sangrientos uniformes y habían alquilado con el dinero de la mafia, la construcción del piso de mármol por donde pasaron varios de los cadáveres con delantal.


El viento tuvo algo de paciencia y guardó su fuerza debajo de las cavernas que deja la nieve en la montaña testigo de la muerte y del mal. La lluvia recogió su velo para no herir las manifestaciones y lamentos que creyó ver con la desesperación de sabios e ignorantes que tejían orgullo y vanidad. No hubo nadie en la contienda que dijera del maltrato a la vida, desintegración de nefastos y cobro justo a los delitos aún en navidad. Todas y todos estaban ocupados en francachelas, comilonas, orgias, parrandas y en otras deliberaciones sin son ni sal. Algunos citadinos sólo tenían tiempo para organizar carnavales, reinados, murgas y miserables campeonatos, que dejaban orines putrefactos sobre el matorral. Primero vino el granizo que golpeó sus calles y terrazas y dejó sin techo a los dementes que se creían propietarios hasta del fusil que cegó la vida en el cigüeñal. Luego incendios que no pudieron detener en las esquinas y sobre las montañas que rodeaban el bonito lugar. Más tarde después de un lustro un terremoto destruyo las casas de bandidos y oficinas donde se tejió la crueldad y epidemia que los hizo correr como gacelas a otros planos donde los mató un vendaval. 


La montana se enfureció a las 7 de la noche y salieron aguas subterráneas que barrieron las guarniciones y llegaron a limpiar las sienes de quienes comandaban las bandas de asesinos que en fila se les vio lejos del cuartel y dentro de un diario maltrecho y sin jornal. Los muros de cemento se cayeron como melcocha sobre barro y los puentes se desbarataron como circo y maltrecho morral. El gigante sol escondió su brillo y la luna fue silenciada por una nube oscura que dejó el segundo y tercer chamuscal. En la madrugada hubo un nuevo temblor de tierra que destruyó el edificio alto de las mañas y la casaquinta del propietario del desorden y crueldad. Entrando la mañana un tercer movimiento lanzó al piso las paredes coloniales en donde se planearon barbaries y se violaron los valores que practicaron aborígenes y unos blancos despistados sin coeficiente lograron pisotear dejando un muladar. 


Había otro hombre frente a la silla putrefacta y su antecesor estaba de visita en una quinta que se acercaba al cristalino mar. Juntos fueron arrastrados por la corriente de un rio que otrora fue pieza clave de navíos, que la industria explotadora logró destruir y mermar hasta su caudal. Los hijos que viajaban en helicóptero fueron barridos por el aire y al suelo de los desarropados con cicatrices de sangre fueron a parar. Allí moribundos quisieron escriturar a testaferros las propiedades robadas pero el juez contratado también fue lanzado por el fuerte viento como estiércol de corral. Las paredes de las cárceles quedaron destruidas y los presos que injustamente purgaban penas salieron ilesos a la libertad del penal. La justicia de la tierra también cobró a los ilegales las matanzas, secuestros y a todos los barrió del triste semental. En la jungla el agua destruyo cada cambuche y ahogó a los otros facinerosos que también hicieron daño creyendo que la vida humana era de retal. A otros falsos grupos militares fueron alcanzados por los vientos, quedaron enterrados bajo arenas y piedras cerca a la selva que había brillado con majestad. Los incendios llegaron a los juzgados y los mentirosos documentos se convirtieron en ceniza, baba y lodazal. Abogados y leguleyos murieron con sus familias descuartizados por los tornados que pasaron por casas y oficinas sin hablar.


Cinco días de lluvias y fuertes heladas, azotaron la plaza principal con sus ciudades circunvecinas y cada potrero se inundó de par en par. Una a una de las avenidas fue convertida en chicha, remolino, grisáceo panal y basural. Hubo polvo y ceniza entremezclado con azufre que salió de una empresa que procesaba ciertos aromas que los delincuentes lograron saborear. Se salvaron cucarachas y ratones que dormían debajo de las raíces, con hormigas y gusanos atravesaron la frontera y buscaron un mejor lugar. 15 días de tragedia barrió la arena de las calles y los bultos de basura se corrieron a la oficina del contralor y del fiscal. Por fin asomaron los políticos que estaban asustados como gallinas frente a zorros que consumen carne como cuatreros sin pagar. Ninguno tuvo ideas frescas para agilizar la limpieza y guardaron silencio en el recorrido, el mismo que habían usado cuando la tragedia macabra estuvo dirigida por un inepto y cruel General.


La tierra devolvió cuerpos y cadáveres que años atrás habían escondido bajo la tierra húmeda y poco a poco la gente iba identificando las mandíbulas que salían de las tumbas como si el tiempo las hubiera hecho resucitar. Las fosas quedaron vacías sobre las rocas abriendo cada nombre de citadinas y citadinos asesinados, y que estaban esparcidos entre maleza y sal, junto a muchos cuerpos de inocentes campesinos que también fueron masacrados con moto sierras y fusiles infectados de azufre y contaminada cal. Al caer el nuevo año la política y el sistema de gobierno quedó en manos de un nuevo grupo salido entre los invisibles que otrora hizo bulla sin igual entre otros desaparecidos, que fueron fumigados a quemarropa aun dentro del hospital. Una dama entre las multitudes estaba al frente del destino y con lista en mano llamó a los culpables, a quienes aun vivían entre la mugre y granizal. Por fin los asesinos y corruptos tradicionales abandonaron las parcelas y rincones, y los limones no dieron fruto para ayudar y aclarar el horror bajo un tenebroso huracán. De nuevo pobres y marginados tomaron tierras, cultivos y plantaciones y consiguieron prosperidad con cierto miedo al regreso de quienes salieron huyendo lejos a otros planos en la tempestad.


Uno de los hijos que fue afectado por el asesinato y masacre de sus padres fue nombrado por la hembra gobernante ministro de gobierno y los colores del pasado fueron borrados del mapa y de la geografía popular como aviso sobre playa de enamorado fugaz. Se derrumbaron estatuas de perversos, rezanderos y sanguinarios, que habían usurpado los espacios en las veredas y en la misma ciudad. Las esfinges e historias de los rectos empezaron a tejer nuevos derroteros y hubo calma sin ron y ni un solo festival. El tiempo está cerca pero aun falta que llegue el 20, para que todos sepan que por fin la paz anhelada llegará sin tanta alharaca y como roca se quedará pero la misma se debe cuidar y custodiar. Lo excelso es anhelado aun por quienes pisotean la justicia y la misma dignidad.

Sola entre Espinas arrugada


Sola entre Espinas arrugada
Por Leomas

En noviembre recibió claveles y se sintió una diosa. En diciembre le llevaron flores y se creyó muy hermosa. Llegó enero con carnavales y sólo bailo con otros por caprichosa. Entre las risas de mayo y junio, danzo descalza y aunque triste, algo dichosa. En octubre ramos brillantes de tulipanes y algunos lirios de dulce lino, mostraron cielos con melodías entre yeguas, matorrales y celos pero no divinos. El joven que la seducía, bello, esbelto y buen galopante, a dos kilómetros de distancia vivía solo y sin amante. Sus padres adoptivos muy entrados en edad, estaban en fosas comunes porque no hubo ni para el pan. Un rancho de latas y cajas raídas, era su única guarida pero con plantaciones de coco, hortalizas, frutas, legumbres y vida.


Rosales, gladiolos y margaritas rodeaban al fuerte mancebo, claveles, lirios, tulipanes y flores en forma natural, estaban en los potreros con belleza sin igual. Su estancia no era gigante y algunos animales de cría, lo hacían ilusionar con hogar hacia una mejor vida. Lo más precioso que tenia, era un caballo de paso fino, con adornos y figuras que habían llegado desde el ocaso de las tierras de don Lino. La estatura del jovenzuelo lo hacían galán de cine y su perfil citadino como si fuera un potro salvaje. Perlas eran sus dientes y labios de fresco sauce, lo hacían parecer a cuentos que nunca perecen sin aire. Estaba allí algo triste rodeado de pobreza, también de gente mezquina, de guayabos y cerezas. Al pueblo no habían llegado las cuestionadas costumbres sino las rectas y curvas hubieran tejido pesadumbre.


Todos los fines de semana después de largas jornadas, iba al caserío cercano para ver a su escogida amada. Ninguna lo miraba porque todas veían telenovelas, de esas que idiotizan aun a la misma escuela. Los productos los vendía en una plaza de miseria pero el alcalde del pueblo afirmaba que era la mejor en varias tierras. La casona de la esquina era su preferida y allí dejaba sus rosas y también sus ilusiones perdidas. La bella estaba ocupada en otras cosas de mundo moderno y trataba de ganar al hijo del millonario Facundo, mostrándole sus senos y también haciendo turno. Sus compañeras la invitaban a reuniones, cantos y charlas, de vez en cuando un suspiro estremecía su cuerpo con ganas. Todas en coro hicieron gracia y se sintieron las más hermosas. Entre murmullos y finas cremas, se dijo algo del sexo fuerte, mientras espejos y discusiones, llegaron lejos con nuevos lujos. Leyeron versos de amor maduro y varios chistes de nuevas salas. Entre risas y contradicciones, algunos vinos de los rincones planearon viajes y vacaciones.


Llegó a la puerta de su morada, ramos de rosas cada tres días y serenatas en los balcones que tejen sueños y nuevas vidas. Un ramillete de flores rojas con varias notas lanzó un suspiro y entre las rejas de la mansión murieron pétalos con buen retiro. Anillos nuevos mueven sus manos y varias joyas entre regalos. Ella los mira por vanidosa y aun cree realmente ser diosa, lanza un grito con desespero y cree que debe ser esposa de uno que le de riquezas, sin hijos para no maltratar sus senos. Su enamorado la espera afuera y ella se esconde entre cortinas, mientras la brisa de madrugada lleva al mozuelo a una cantina. Allí él disfruta de algunos besos de una chica sin experiencia y bailan juntos con las cervezas, lanzan piedras a los castillos y enderezan varios desmanes y algunas tristezas que no traen lujo. Caderas finas aquí se esconden dijo con ganas el campesino, orquídeas frescas que en la sabana he visto al aire y cerca a varios pinos.


Los años pasan como en molienda y aun persiste el beso rubio y dorado, lanzando perlas y esmeraldas sin la respuesta del mundo orgullo. Nuevas penas y amarguras lo llevan a ser un varón vagabundo. La mujer que se cree elegante sigue volando buscando amigas y ciertos refugios. Entonces piensa el gran muchacho en dar a su vida un nuevo rumbo y declara amor eterno a la mujer que baila con ganas y que en esas madrugadas lo arrulla como dama. El no regresa a los desprecios y se olvida de los insultos. La otra ama a millonarios y deprecia a los pobres que no regalan oro ni lujo. Llegó febrero de un nuevo año y hay jinetes que marchan juntos, llegaron novios con risas frescas muy de mañana era domingo. Hubo fiesta como en la feria y todos ríen al buen marido. Gozan, saltan y bailan juntos aumentando el buen consumo. Llegan poetas y escritores a contemplar el mejor idilio. Hasta los policías del pueblo que no habían ido al burdel, saben que esas caderas son de diosa y también de oropel.


Y entre las mujeres pueblerinas hay chismes y comentarios. Se dice afuera que un potro joven se ha casado dentro de un establo. Todas critican y siempre ríen pero están solas, amargadas y sin quien las cuide. Ahora cambian de estrategia y dicen que ellos son tontos y que escogen entre las cosas la peor con historiales de uso y pocas moralejas. La bella que no es esbelta lanza al aire cantos y notas y hace saber que la suerte a ella no importa ni le vale. En septiembre arribó un carruaje que trajo a un hombre de traje fino. Hay una dama que mira lejos como buscando diamantes y bellos lirios. Hablaron poco porque en sus manos traían un mapa señalando un solo camino. Vienen en busca de una doncella que habían perdido por el destino y por las señas creen ahora que ella se ha casado con un pobre campesino. La prensa amarilla que es moderna logró regar la noticia de una mujer prostituta y sin nombre que embrujó a un pobre diablo y buen iluso. Los ineptos periodistas lanzaron pedradas grotescas a las mujeres que se casan por estar enamoradas pero la misma cruel noticia desenredo la madeja y mal costumbre.


La caravana trae hombres que cuidan a la pareja y llevan armas y carabinas porque es una tierra de buen peligro, de disputas viejas y muchas espinas. Son policías de alto gobierno que llegan fuertes haciendo ruido. Traen consignas y documentos para aclarar ese nuevo lio. Todos están sonrientes y han caminado por el valle del inmenso rio. Ven lejos a la distancia una casucha destartalada que hace sombra a un bello sol escondido y en donde se ven ramadas y muchos lirios. Salen mirlas cantando alegres de los plantíos y sobre los grandes frutos hay azulejos que lanzan cantos junto a un coro de aves salvajes que se unen en un solo ritmo. Hay nueva fiesta entre turpiales y un chupaflor hace temblar de risa al medio día con néctar de buen paladar y aleteo fresco hacia un nuevo panal. El caballo joven del buen esposo ve a los lejos un gran gentío y piensa que algo raro está pasando o que él está dormido. Regresa rápido al rancho pobre con cierta duda de estar soñando y entrega flores a su belleza que esta juiciosa cuidando al hijo. Desde el potrero de los arbustos, un teniente lanzó un fuerte grito y dijo saber que el buen muchacho se robó una joya y buen partido. Hemos venido a clarificar un rumor del viento y un asunto que arreglar porque chismes se han tejido como una broma y escalofrió. El mozo no entendió aquellas palabras y miró fijo a los desconocidos y sólo dijo: Yo soy pobre y sin sentido, lo más valioso que poseo es una flor que entre los lirios cambió mi vida y ahora me ha dado un hermoso y bello niño que llegó como manantial a mi pecho sufrido.


Bajó la dama en hora buena y miró al joven con acertijo y lloró lágrimas con emociones que nadie entiende porque no hubo frio. Su cara es bella señora mía dice angustiado el jornalero, hay algo en su mirada que pone a todos entre el suspenso de buen comensal y con anhelo todos esperan una respuesta como arrabal. Mientras tanto la bella esposa sale en busca de su delirio y siente algo raro entre sus entrañas y cree estar de nuevo esperando otro hijo. Estamos aquí entre los sucesos y venimos en busca de algo perdido. Hace 29 años una bella niña mientras viajábamos en un navío, fue arrebatada por huracanes que junto a vientos del mar bravío, hundió la nave cerca a la playa y se extraviaron muchos niños. En la misma confusión la odisea dejo muertos y heridos pero algunos afirmaban en los hospitales, recordar que varios habían nadado hasta orillas de la playa encima de troncos heridos. Hay relatos de padres adoptivos que se escuchan en salones y reuniones de la arrogante sociedad, que en el buque no encontraron las pequeñas embarcaciones que se usan para salvar y remar cuando el mar siembra su poderío.


Mi esposa dice mientras duerme palabras lindas y buen arrullo. Al otro día no recuerda lo que ella siempre exclama entre dormida y despierta del zumbo. Nombra a mamá Clara y a un tal Don Samudio, dice que ellos son sus padres y que trabajan con telas, algodones e hilos finos. Ella tres años mayor de este pobre hombre que está feliz porque vio nacer a su primer y hermoso hijo. Estoy asustado y creo que es locura por el martirio que tuvo, sus sesos pueden estar tejiendo fantasías y mal de augurio. Esta bella esposa mía fue violentada por hombres, damas miserables y por el mismo destino por no poseer un apellido. Hoy vive aquí sin tener riquezas bajo este amado que agradece tener esta fortuna que llegó como manjar caído del ancho velo a esta casa que renació como si fuera un embrujo. La primavera ha sacado flores que están en todos los caminos y aquí se escuchan canciones que llegan con éxtasis a este corazón que estuvo muy adolorido.


Y tu muchacho de dónde eres y quien te trajo a este mundo dijo Don Samudio. Vivo aquí mis 29 años. Soy un solitario y estaba indefenso sin rumbo. Mis padres me recogieron de una playa del ancho rio y ellos afirmaban que me rodeaban maletas y varios bultos. Ellos me criaron porque estaba perdido debajo de tablas de un barquito hundido. Estaban viejos y hoy sus cuerpos están aquí en esta parcela pero ya no tienen frio. No tengo estudio eso es muy cierto. En estas tierras nos desprecian pero me gusta hacer navíos. Somos muy pobres y los profesores del caserío nunca me recibieron porque no tengo ni registro. Muchacho bello ella es mi esposa Doña Clara y yo soy Don Samudio. Ella su esposa es nuestra hija y hoy es la esposa de ti y llegas como uno de mis hijos. Te has ganado una bella rosa y ella es pura y así serán tus hijos. Tú eres hijo de un gran hombre y él es el fabricante de modernos navíos. Tu padre vive al igual que tu madre con mansiones, empresas y extrañando al hermoso perdido. Enseguida avisaremos por banda ancha y banda corta que viaja con nosotros un sistema  que actúa como buen amigo por los nuevos inventos y dicen que por los científicos.


El jefe de los militares saco una radio de buen estilo y llamó a otra parte dando nuevas noticias e informaciones de los hechos del naufragio que fue suceso del último siglo. Mientras los padres de la muchacha abrazaban a los tres como verdaderos hijos. A la parcela llegaron todos los amigos, vecinos y campesinos. Trajeron guitarras, tambores, ollas y se armo un gran día festivo, hasta con arpa, maracas y mozos con sus tríos. Algunos estaban tristes porque el trabajador de la choza ya no volvería a cultivar más lirios. Sobre al aire del firmamento tres helicópteros hacen gala como buenos padrinos y el ruido de sus motores despertó a los citadinos que se creían de plaza gigante y de linajes encendidos. Bajaron los vehículos como remolino en busca de otro de los hijos perdidos. Un hombre alto bien parecido es el primero en asomar el cuerpo bajo los vientos que deja la potencia y el mismo ruido. Una dama de sonrisa bella también llega bajo los círculos del pasado viento herido en busca de su primer hijo.


No hay duda dice la chica los dos son muy parecidos. Hay carpas improvisadas y comidas para todos los vecinos. La nueva gente trae consigo hasta políticos, periódicos y periodistas que jamás allí habían ido. La orgullosa de las cortinas se enteró a la hora del suceso y ruidos, fue en busca del joven que durante varios años le regalo rosas y perfumados lirios. Ella le negó los besos y también hasta el saludo porque su enamorado no tenía buen apellido y nada de lujos. El caballero al verla le dijo de esta comarca siempre las cortaba pero ahora todas son para mi esposa y también para mi hijo. No te preocupes, te he perdonado cada desprecio y hoy no tengo nada en contra de tu destino. Mire encontré una dama y feliz me encuentro porque me ha dado un primer chico. Ahora tengo una familia muy numerosa y sin saber hasta mis verdaderos padres han aparecido. Tengo nuevos planes y un nuevo brillo. Pronto todos nos iremos de donde nunca debíamos haber salido. Te regalo esta parcela para que recuerdes las flores y los versos que te lancé adolorido.


La pareja dejó la finca y se alejaron para siempre del caserío. Hoy la ventana de la orgullosa está muy sola y con el corazón partido, las cortinas de la vanidosa ya se han destruido. La dama odiosa es juez del pueblo y de vez en cuando camina hasta el viejo plantío. Ella mira flores y tulipanes y aun esta sin marido. Sabe que sus arrugas no llegan solas, lo mismo que los buenos fríos. La plaza de mercado ya no vende rosas porque el turpial dejo solo a los plantíos. Hay vagancia en los muchachos entre el viejo gentío. Cada atardecer lanza un grito la dama envejecida y piensa que sus varones se fueron a un mundo perdido. Mis ilusiones fueron de paso y no aprendí a plantar como mi enamorado amor campesino. Sola piensa la dama elegante con los años que la han envejecido. Es demasiado tiempo que no aparece ni siquiera un viejo mirlo. Mira hacia el horizonte a ver si por lo menos ve un ancianito perdido.

Saturday, October 6, 2018

Primaveral y antes de navidad

Primaveral y Antes de Navidad
Por Leomas


Recuerdas que hubo mariposas sobre el firmamento de aquellos hermosos potreros que vieron correr juveniles siluetas masculinas entre árboles gigantes, arbustos cítricos testigos de esos primeros besos y de aquellas picaras caricias en el primer atardecer de la primavera. Hubo música con melodías entretejidas de reclamos en el día del aniversario. Ellos danzaron inocentes con inusitados movimientos que produjo los tambores que dieron vida a quien más tarde seria testigo del romance que empezaba y que nunca envejecía en los tiernos corazones de los paseantes. Era jueves de trueque y juegos, en cada una de las zonas en donde como fantasía aparecían pequeñas casas y miles de animales domésticos entre risas y miedos que hicieron historia como ensueño. Los campesinos alistaban canastos y costales que eran transportados a carga de mula para su venta mientras los protectores de los intrépidos doncellos creían que se perderían debajo de las piedras del rio cristalino del paisaje, sobre los frescos musgos que se habían apostado en los caminos como oficina de príncipes encantados y leyendas novelescas de concubinos enamorados.



Al caer la noche el tiempo no se detuvo sobre los rostros de quienes sembraban historias de ilusos y soñadores. La seguridad y medidas astutas que exigía el área roja de la violencia y muerte las olvidaron, los guardias de la hacienda que actuaban como guardaespaldas de los escogidos principiantes, fueron en busca de los dos hermosos cuerpos adolescentes que saltaban como chispas de fogatas encendidas, se perdían en juegos creados por magos invisibles aun a la entrada de la luna, gozaban como si fuera una mañana fresca sin relojes ni quejas. Los juguetones sintieron pasos de caballos galopando sobre la hierba húmeda como relámpagos y jinetes que gritaban como si una escuadra de soldados sobre los aires tramara una emboscada bajo el compinche del lucero frente a enemigos que no existían sino en mentes de quienes patrocinaban la venta ilícita de armas en el territorio con presencia de grupos armados ilegales de paramilitares, guerrilleros y otros delincuentes.



Hubo desconfianza entre los jóvenes que conocían las historias terroríficas de asesinatos y desapariciones contadas por corpulentos obreros que cumplían órdenes a quienes prohibían acercar la libido a la orilla de la quebrada que sólo era usada para lanzar los cuerpos muertos de inocentes que los facinerosos hacían pasar por delincuentes para cobrar el dinero maldito de la injusticia de botas verde olivo. La anciana mujer de la cocina dijo haber visto muy cerca al visitante debajo de las acacias, sobre la roca gris apostada en uno de los potreros del ganado, la misma que los llenó de lozanía y éxtasis en cada sollozo con abrazos y besos como en subasta. Solo la risa pudo calmar la tristeza de quienes creyeron acercar un secuestro, porque a lo lejos vieron los cuerpos semidesnudos de los jóvenes príncipes que habían experimentado no sólo correr la sangre mixta dentro de sus cuerpos sino el oleaje que produce la chispa de fuego que dejan los zafiros encendidos.



La noche no dejó conciliar el sueño a los inexpertos, grillos y luciérnagas fueron testigos oculares de improvisados desvelos y sollozos sobre la hierba húmeda y debajo de las acacias envejecidas cómplices de los improvisados saltos. Los juveniles tejidos musculosos saltaron por la ventana de los mirlos y se acercaron como fina red de hilos dorados irrompibles hasta el amanecer aun entrando el sol de la nueva mañana que los sorprendió sin ruido. No hubo cenizas almidonadas sobre las rocas, las hojas secas fueron testigos como cámara oculta del primer romance y no hubo cansancio, pero si un aroma a lirio fuerte amenizo los aires del remanso. Aquel ruiseñor estuvo muy cerca del arrendajo, prendidos los dos de silbidos y cantos. Miedo sintieron de cada caricia que salía como relámpago de nube para lanzar chispas de diamantes y perlas que parecían como dentadura eterna de los dioses que lucían descontaminada del ruido de la metrópoli de donde se habían transportado como de costumbre por órdenes expresas de sus progenitores que entendieron que no era un aprendizaje. Las sonrisas de esos días aun iluminan la galaxia celeste con los mismos hermosos dientes que hicieron tejidos brillantes y remolinos sonoros al paso de corrientes en movimiento que llegaron con nuevas fuerzas para la añoranza de rubíes y diamantes que no envejecen.



Aun hoy llora la partida de ese medio día cuando el tren habituado al ruidos de los rieles los regresó al cotidiano trajín de aquella temporada y los lanzó sobre arbustos rejuvenecidos por la tristeza que dejan tunas y cayenos juntos cuando de despedidas se trata si fuerzan la entrada del romance que no obedece las normas que si envejecen. El profesor de matemáticas que era uno de los educadores preferidos del mancebo dijo que el lirio había llegado diferente la semana anterior y que observo caer sobre las sillas ciertas flores amarillas con granate como el oro de la hermosa enredadera y él quiso denunciar que algo corría debajo de la calzada y sobre el ventanal que mostraba alegría de venas y arterias como en las mejores tiendas cuando el perfume de los almacenes locionados llega a los espacios de los incautos enamorados. De nuevo llegó el fin de semana casi que retrasando las horas de los paseantes. El reloj les ayudó a construir risas que rompieron el silencio de un mundo desconocido que se hizo fiesta y rompió el hechizo de secretos que hoy desaparecen.



La casa grande alargada sobre la planicie campesina gritó de algarabía al ver llegar de nuevo a quien empezaba la jornada sin aventura y que sobresalía cada mañana con su bella silueta y hermoso rostro que aun detenía a los admiradores mirlos y azulejos recién nacidos que cantaban y a palomas mensajeras que ya tenían marido. Sobre los frondosos árboles el tejido de sus nidos se observaban, había maravillas en cada revoloteo de alas que avisaban que un enemigo se acercaba. Algo muy fuerte recorrió cada milímetro de carne y sangre, sobre los fuertes huesos juveniles el sistema nervioso prendió su alarma como remolino al ver de nuevo los bellos y redondos ojos color azabache y muy brillantes como dos soles que se juntan para iluminar una nueva y sola galaxia de protagonistas en éxtasis de un eterno idilio de los mismos dioses. No hubo maestro para entender y explicar esa sensación de pertenencia, que hizo estremecer las dos siluetas que se juntaron cada vez que el viento de la historia apuntaba sobre la red de la añoranza que ya no regresa.



El mayordomo de la hacienda les hizo algunas recomendaciones, los condujo al establo para luego salir montando a trote sobre el caballo árabe cenizo y el potro salvaje negro azabache. Los dos juntos parecían volar por el aire como locos enamorados que tejen aromas y perfumes de añeja primavera, que se guardaron en estuches de musas y hadas visitantes. Construyeron el futuro en menos de una hora y se vieron en la cúspide de la montana a donde sus parientes no querían regresar por miedo a otro tipo de conflicto entre la jungla que era asaltada por bandoleros que se robaban la madera como en los escondites de los grillos. Los caballos unían sus lomos al galope con la brisa, las manos se juntaron como tormenta de agosto en la molienda y creyeron correr sobre estepas privadas de mundos sin entrometidos. El anciano responsable del cuidado de los herederos que los había despedido antes de la salida del sol, expresó que juntos a ellos debía ir una de las yeguas en el próximo recorrido sobre la sabana para no alterar brisas y vientos que bajaban como relámpagos sobre los arrayanes y que despeinaban las largas cabelleras de los trotadores sobre todo la de la yegua que estaba junto al trio.



Siempre que hay fiesta sobre algodones alguien interrumpe el idilio de los audaces como si magias grises aterrizaran sobre calzadas, desiertos de duendes y demonios. El pedazo de metal saltó por el aire debajo de los cascos de la yegua rojiza y pegó el impacto sobre la hermosa ceja que se había tejido con filamentos de zafiros y finos arbustos del selvático roble de las mismas fanegadas. Cayó sobre la piel sangre fresca y rozagante que asustó al de los besos, lo tomo por sorpresa como payaso improvisado del drama que lamenta la tragedia. En suspenso logró pensar en la defensa como si fuera capitán de artillería con experiencia. Uno de los cuerpos rodó sobre la pradera mientras el otro vio como tenue y encanto su amor como lava de volcán en un instante revolcarse sobre el césped que hizo de colchón para no reventar el joven corazón que empezaba a envejecer por los besos y las mismas caricias del romance. El caballo frenó en contravía dejando ver la fuerza de cada brazo sobre el suelo acostumbrado a desechos de vacas y toros que también usaban el terreno para sus vidas. Creyó ver un cadáver en el piso, pero era mentira porque un beso despertó al moribundo enamorado que saltó adolorido como sombra y dijo no tener miedo en la caída. 



Regresaron a la hacienda inmediatamente con sangre en sus trajes, de nuevo vieron las plantaciones que estaban esparcidas entre cítricos, guayabas y mangos, en fila india habían pequeños arbustos de uva que también hicieron guardia de honor al accidente inesperado. Los trabajadores se asustaron, ellos se armaron con rifles y escopetas, porque temían a la chusma armada que acostumbraba a robar el ganado y que esos escogían a los terneros que crecían entre las ramadas como presas fáciles para los cuatreros que venían del país vecino como en manada. Desde entonces los asesinatos estaban entre los indefensos, los secuestros quedaban impunes porque la policía de la región y las autoridades civiles eran cómplices y algunos eran los autores intelectuales de los insucesos que mellaban la risa y la misma felicidad de los habitantes. Las balas aparecían como luz y sombra cada instante aun entre los cambuches construidos para sostener a las enredaderas. No fue grave la herida pero era de cuidado cualquier ruido extraño aun en la planicie debía observarse y los binóculos traídos del norte ya se usaban como elemento de guerra contra los haraganes .



Al llegar la noche el rio sirvió para transportarlos en un pequeño barco destartalado al enfermo, los dos huyeron de la inexperiencia en brazos del amor que empezaba con paso de león rugiente, como tigres tuvieron que navegar solos con el motorista, los otros tenían miedo a los ilegales armados, la noche enceguece las aguas de los ríos y más cuando son caudalosas y salvajes llegan los malhechores a ver si hacen un nuevo agosto. Fue afortunado el accidentado porque a su lado estuvo toda la noche el enamorado que a paso de canoa veló aun hasta la camisa que había cambiado de color entre escarlata y verde, y allí estaban las huellas del golpe pero los enamorados siempre se las ingenian y crean recursos para solucionar la tristeza aunque las balas arriben por el aire o ráfagas de ametralladoras asusten a los leopardos desde los matorrales donde se escondían los asaltantes. 



Es cierto que se amaron sin experiencia porque sus progenitores no tenían la sabiduría para explicar la inexperiencia. No hubo sino un solo romance como de película fantasiosa de esa que para narrar las historias hay que usar la imaginación porque ciertos hechos al recordarlos parecen que se hubieran tejido con magia de hechiceros. Se impregnaron los amantes de valentía y dejaron que sus fuerzas se fusionaran en secreto en las tardes. Besos que se multiplicaban cada día, caricias que estuvieron cerca en cada noche con encajes que llegaban entre quejidos, sollozos y apretones de dioses invisibles que arriban a cuidar cada beso. Nadie entendió porque hubo peligro de parte y parte y como se las ingeniaban los bandoleros para perseguir el objetivo y tratar de secuestrar al inocente. Jamás se separaron entre la vida, las ansias y la muerte. Crecieron juntos como los arrayanes cerca a las cementeras con flores y sauces. Caminaron muchas noches, el horario era el enemigo que se interponía porque las edades no estaban para cambiar las leyes o hacer de nuevo una constitución para enamorados y las normas se imponían sin preguntas como si las ordenes bajaran del ocaso sin remiendos.



La familia se interpuso entre los dos claveles al creer que dos razas distintas no debían amarse y menos entre diferentes y de distintas clases. El color de la piel de uno de los dos, alboroto la discriminación propia de los hipócritas. Hubo tristeza al saber que al millonario lo sacarían de la nación para evitar roces con el torbellino que se formó alrededor de cada pétalo y gladiolo como nave que sobrevuela el espacio por miedo a perderse y estrellarse cerca al pico de las montes. Los adultos pensaron que era la mejor solución para truncar caricias y golpes de la brisa sobre aquellas curvas que dejaban eucaliptos y laureles con cada sombra y luz a su paso. Los dos no aceptaron decisiones erradas de los envidiosos, se enfrentaron a los mayores sin una sola discusión y no escucharon los lamentos, pero alguien como dictador grita sobre los turpiales. 



Salieron huyendo y corrieron como rayos de sol a otra metrópoli, una muy lejana de esa urbe, esa los recibió con encanto sobre parques y andenes mugrosos que no tenían celador ni seguridad en sus vías. Se refugiaron en casuchas abandonadas por la guerra, empezaron a trabajar cargando bultos a los campesinos que llegaban con sus productos a la plaza. Lograron ingresar a nuevas aventuras mientras se seguían adorando en sigilo, sin lanzar gritos alrededor de los trogloditas ni penas a los desocupados chismosos que había por montoneras entre las chamiceras y los bejucos. No hablaron de amores, cerraron sus secretos con claveles del lejano bosque y en silencio seguían construyendo el romance. Simplemente sin prisa se quisieron entre sigilos y remansos como si un relámpago los hubiera pegado con soldadura intergaláctica. Como rubíes brillaron cada mañana, cuando el sol salía ya estaban en la faena consiguiendo el pan del día y aprendiendo a tejer el nuevo rumbo. Hubo esmeraldas entre las sonrisas de cada noche y poco a poco se olvidaron de sus ancestros que habían violentado la mejor etapa en la vida de los soñadores.



Cinco años duro el perfecto romance entre vientos huracanados con nuevas junglas en donde el aprendizaje ocupo la primera fuerza, las innovaciones de los inteligentes logro mantenerlos con vida superando cada obstáculo y consiguiendo superar aun los remiendos en cada camisa. Los dos se convencieron que se habían alejado de su gente, familia y pueblo. Estaban siempre juntos como trenzas amarradas y libres como aves de la selva. Aun eran muy jóvenes pero aprendieron a quererse. Los otros en la nueva urbe se imaginaban que eran de una misma familia, con quienes ellos compartían cristales y luces creían que eran nacidos cerca a esos lugares de transito en la noche. La belleza permaneció en ellos como ángeles que no envejecen. Un fuerte amor entre todos los amores hizo clarear aun los anocheceres. En cada minuto nunca faltaron los besos. Cada noche era un nuevo amanecer con éxtasis y sueños, dejando caer roció sobre telas que humedecían hasta los laureles de la autopista con sus lirios. No todo “es color de rosa” cierto pero siempre hay alguien que rompe aun las rocas que viven como cavernas la mente del ocaso.



Ahora ya tenían donde convivir como espacio de pareja sin complicaciones. Los inteligentes siempre saben sortear cada hecho y nunca hay disputas. Sabían estar alejados de los brutáceos. La empresa patronal llamó para decirle que el amor de su vida estaba en el hospital agonizante varias horas atrás, que hubo un golpe que no pudo el aire contener su bella figura. Su intrépido tigre se había desmayado al caer la tarde del ocaso sobre las baldosas del laboratorio en donde trabajaba como asistente. Le dijeron que estaba silencioso sobre una cama de tejidos transparentes y que manos cuidadosas estaban cerca a la tragedia. Que él ya no hablaba. Cuando recibió la noticia ya había sonado el teléfono de su empleo, corrió como potro y voló como águila en busca de su amante y vida para tratar de salvar aun su despedida. No fue fácil verlo allí tendido entre aparatos modernos y lámparas de neón que se apagan en minutos como flash de fotógrafo en aprendizaje. 



Alla estuvo sobre los bordados su media naranja como si fuera una pesadilla que bombardeaba el idilio sobre rosas danzantes como de aniversario. El médico simplemente dijo: “hace tres horas está así y no respira. Su sangre ha dejado de circular y sus reflejos ya no responden”. Lo tomó por la cintura y lo acerco a su boca frente a todos los testigos que se hallaban en el salón de cuidados intensivos, le declaró su amor eterno sin contratiempo y no le importo cada comentario. Aun sus manos estaban tibias lo recuerda. Lo besó con suave ternura como la vez primera cuando sobre las aguas de la quebrada cómplice del romance fue testigo de esa primera entrega en el romance. Guardó silencio y metió su deseo dentro de una nube azulosa que aun pasando los años y el tiempo recorre cada día todo su cuerpo.



Por fin lágrimas pesadas rodaron por sus mejillas mientras los padres consanguíneos de su amor llegaron para presentar nuevos suspiros entre la tragedia y despedida. También quiso suicidarse para alcanzarlo en el viaje que ya estaba arrancando muy en la madrugada de la juventud. Sin llorar pensó que había algo sobre los claveles que nunca iba a entender aun entre las orquídeas. Sigilosamente abandono el recinto y se dirigió solitario para dialogar con los magos de la galaxia. Las rosas que estuvieron en la sala y aposento se marchitaron lentamente desde  entonces y los perfumes se evaporaron al lugar de mansiones gelatinosas como para no volver a empezar con nuevos besos. Salió de la ciudad, busco refugio en otra tratando de llegar a nuevos países y adelantar estudios para tratar de encontrar la respuesta antes de salir al viaje del encuentro. No fue fácil conciliar el sueño o confiar en quienes por su trabajo lo rodeaban pero siempre se impuso el romance y fue el mismo que le dio fuerzas para nuevos amaneceres con encanto.



Metió cada beso dentro de mudo nicho y lo cerró con encajes extraído de la última camisa. Guardó con cerrojo de oro el crisol que no había envejecido desde aquel amanecer. Luego lanzó un pequeño grito aterciopelado que estremeció la alergia de los canarios convirtiéndola en tristeza de baratija. Hoy es de madrugada y el reloj de la pared marca las tres de la mañana. El conserva la risa de su romance como el bordado que realizo como pintura en su camisa. Tiene el corazón partido y sangra gotas de sentimiento y aceite reemplazando cada lágrima. Lo ve llegar en sueños y permanece solo desde entonces esperando un nuevo encuentro como entre dioses que se cruzan.


Afirma y dice que en cada madrugada hay una brisa fresca y placentera que lo transporta a contemplar los mismos besos. La silueta que aún conserva esta como si fuera el mismo primer instante con sus caricias y sigue alimentando el mismo amor sin envejecer. Lo ve cerca cada noche y despierta seguro creyendo que el amor eterno esta muy cerca y que despierta cuando el nuevo sol llega con nuevas brisas y su aroma aun esta sobre su perfume.